8ª Parada
La transformación del paisaje jacobeo
La transformación del paisaje jacobeo
El eucalipto y su impacto en el Monte Gallego.
El Camino de Santiago está acompañado de un paisaje que habla de la secular relación que la sociedad y el medio natural han establecido. Galicia está llena de rincones exuberantes que no pasan inadvertidos. Actualmente, tan solo el 30% de la masa forestal arbolada de Galicia es de bosque autóctono, lo que representa el 15% de todo el territorio.
Las carballeiras (robledal, touza, carballal) junto con las fragas, representan el bosque óptimo en la mayor parte de Galicia. Además es especialmente representativo de Santiago de Compostela ya que su corteza era utilizada en el proceso de curtición de las pieles en las más de 25 curtidurías de la zona para la obtención de taninos. Hecho denunciado por Rosalía de Castro en sus obras.
¿Quién fue el introductor del eucalipto en nuestro territorio? Fray Rosendo Salvado decide traer las semillas de esta especie que planta en Tui allá por el 1860. Europa estaba habituada a recibir plantas exóticas procedentes de todos los continentes y el eucalipto fue una más. Los que se iniciaron en el eucalipto fueron personas con recursos financieros y con grandes fincas. A parte del uso ornamental, desprende productos aromáticos como el eucaliptol que posee propiedades microbicidas, de ahí su aplicación como árbol higienizador de la atmósfera de los terrenos insalubres o como descongestionador en los casos gripales mediante la inhalación de los vapores de la cocción de sus hojas.
La repercusión en el paisaje es uno de los mayores inconvenientes que genera en la actualidad. El avance de esta especie amenaza a todas las formaciones boscosas autóctonas ya que las especies foráneas carecen de enemigos naturales por lo que se acentúa su carácter invasor. Además, el carácter pirófito (resistente al fuego) del árbol favorece su expansión. El eucalipto tiende a luchar contra sus especies vecinas por todos los nutrientes y por el agua por lo que apenas crece vegetación, lo que produce una gran pérdida de biodiversidad.
“La Galicia de los mil ríos” se ve amenazada por una especie, pero no debemos olvidarnos de que el eucalipto no tiene la culpa de comportarse como un eucalipto, una buena ubicación y un sistema de gestión sostenible y eficiente, que no pretenda sustituir a los ecosistemas autóctonos ayudaría a que el Camino de Santiago siga interesando como ruta natural, como fuente de riqueza y como espacio mágico habitado por los espíritus de hadas, meigas y druidas; porque el problema no está en el eucalipto sino una buena o mala gestión forestal.