Se abandona Negreira sobre un puente que cruza el Río Barcala, afluente del Tambre, en un pequeño ascenso cara la Iglesia de San Xulián que acabará con el inicio de un tramo boscoso de hoja caduca por una senda que nos recuerda a los antiguos caminos reales con lugares como, por ejemplo: Portocamiño y Camino Real. Estas sendas son fácilmente identificables para el peregrino, que recorre zonas planas y elevadas y que van dando paso a variados y hermosos núcleos rurales donde se pueden observar hórreos y la arquitectura popular característica del territorio.
Al atravesar el Río Maroñas, se llega al ayuntamiento de Mazaricos, señalado con un cartel de madera. Uno de los puntos de mayor valor paisajístico en esta zona es el Monte Aro de 556 metros de altitud, desde donde se pueden contemplar las vistas a la comarca de Xallas.
En la parte final de esta etapa el Río Xallas cobra protagonismo y se atraviesa por el puente del siglo XIV dónde los labradores gallegos intentaron frenar sin éxito el avance de las tropas francesas en el año 1809. Se llega entonces a Ponte Olveira, tierra del municipio de Dumbría y el peregrino circula por una ruta próxima al embalse de A Fervenza hasta llegar a Olveiroa.