Último esfuerzo
En esta etapa, en la salida de la aldea de Hospital, llamada así porque antiguamente contaba con un pequeño hospital dedicado a los peregrinos, el caminante debe tomar la decisión de si continuar hacia Fisterra o hacia Muxía ya que el recorrido se bifurca.
Si el peregrino decide ir primero a Fisterra, tendrá la oportunidad de conocer la “fuente santa” del Santuario de Nosa Señora das Neves, del siglo XVIII. Pero no es la única fuente milagrosa ya que en la ermita de San Pedro Mártir encontraremos otra con beneficios para distintos tipos de dolencias.
Cee es la primera localidad de la comarca que se encuentra el peregrino tras el alto de O Cruceiro da Armada de 247 metros y desde donde se puede contemplar el Cabo Fisterra a lo lejos. En esta localidad destaca la iglesia de cabecera gótica de A Xunqueira. Continúa el camino cara la villa de Corcubión, paso previo a la llegada a Fisterra y dónde se puede gozar de su casco antiguo y experimentar la vida marinera de la villa. Es también de gran belleza la iglesia de San Marcos, gótico-marinera.
El peregrino llega por fin a Fisterra bordeando sus formaciones dunares y la hermosa playa de Langosteira. Una arcada, restos del desaparecido hospital medieval de peregrinos, lleva a la capilla barroca donde se encuentra el Santo Cristo de Fisterra, del siglo XIV. Cuenta la leyenda que apareció en la costa tras ser lanzado al agua por un barco en el transcurso de una tormenta. Destaca también el templo de Santa María das Areas donde se refugia la Virgen del Carmen, en la capilla mayor del siglo XIV.
El último esfuerzo del peregrino le lleva al Cabo Fisterra, símbolo que da nombre a la comarca. El mojón del kilómetro 0 es el encargado de dar la bienvenida junto con el edificio conocido como A serea (la sirena), Centro de Información Turística y lugar donde se sella la Fisterrana.
Olveiroa-Muxía
La otra opción de esta etapa es continuar desde Olveiroa hasta Muxía en lugar de ir hasta Fisterra. Cuenta la tradición que la virgen llegó a Muxía en un navío de piedra para darle ánimos al Apóstol en su predicación y que las “piedras santas” del entorno, de propiedades curativas, serían los vestigios de aquella barca. De ahí el nombre del Santuario da Virxe da Barca.
Si el peregrino toma esta variante se dirigirá a Dumbría tomando una bifurcación en Hospital, para después continuar hacia San Martiño de Ozón, paso previo a la bajada de Muxía, donde se encuentra el albergue de peregrinos.
En esta etapa se puede gozar de múltiples puentes y observar uno de los hórreos más grande de Galicia. Es también interesante el monasterio de San Xulián de Moraime que se encuentra en el último tramo de la etapa, justo antes de comenzar la bajada hacia Muxía y desde donde se pueden apreciar las fantásticas vistas del mar y de la villa.
Los peregrinos comienzan con un descenso desde Hospital a Dumbría (señalizado con un mojón doble) para después continuar por un paseo sencillo por pistas desde Trasufre a San Martiño de Ozón hasta llegar a las subidas y bajadas siguientes que pesan un poco en el agotado ánimo. No conviene desanimarse ya que la meta está muy cerca: una última bajada y el Santuario da Virxe da Barca quedará al alcance.